¿Qué es el hígado graso y cómo saber si lo tenés?
El hígado graso es una condición silenciosa que afecta a millones de personas, muchas veces sin que lo sepan. Tal vez te sentís cansado todo el tiempo, te cuesta bajar de peso, o tenés inflamación abdominal sin una causa clara. Todo eso podría estar relacionado con tu hígado.
En este artículo te explico qué es realmente el hígado graso, por qué aparece, cuáles son sus principales causas y cómo podés detectarlo a tiempo, incluso sin exámenes clínicos. Si estás buscando respuestas claras y prácticas, llegaste al lugar indicado.
🧠 ¿Qué es el hígado graso?
El hígado graso, también llamado esteatosis hepática, es la acumulación excesiva de grasa en las células del hígado. Aunque un pequeño porcentaje de grasa es normal, cuando supera el 5–10 %, puede convertirse en un problema serio de salud.
Existen dos tipos principales:
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MASLD (antes NAFLD): hígado graso no relacionado al alcohol, causado por factores metabólicos como obesidad, insulina alta o mala alimentación.
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MASH (antes NASH): cuando además hay inflamación y daño en las células del hígado.
🧪 ¿Cuáles son las causas más comunes?
Aunque muchos piensan que es solo por tomar alcohol, en realidad estas son las principales causas del hígado graso:
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Alimentación rica en azúcar, harinas refinadas y aceites vegetales ultraprocesados (aceites vegetales: maiz, soya, canola, girasol, sesamo, algodon, cartamo, etc).
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Sobrepeso u obesidad abdominal.
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Resistencia a la insulina o prediabetes.
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Vida sedentaria.
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Estrés crónico.
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Genética familiar (aunque no es determinante).
🚨 Señales y síntomas que podés estar ignorando
La mayoría de las personas con hígado graso no presenta síntomas evidentes, pero estas señales pueden ser una alerta:
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Cansancio permanente, sin causa aparente.
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Sensación de pesadez o inflamación en el abdomen.
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Dificultad para bajar de peso, aunque comas sano.
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Manchas oscuras en el cuello o axilas (acantosis nigricans).
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Inflamación digestiva frecuente.
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Análisis de sangre con enzimas hepáticas elevadas (TGO, TGP).
🔍 ¿Cómo se detecta?
La forma más común de diagnosticarlo es con una ecografía abdominal, donde se observa si el hígado está infiltrado de grasa. También se pueden pedir:
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Perfil hepático (examen de sangre).
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Índices metabólicos (glucosa, insulina, triglicéridos).
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Fibroscan o elastografía (para medir daño hepático si está disponible).
💡 Pero incluso sin exámenes, podés sospecharlo si tenés varios de los síntomas anteriores, especialmente si estás en sobrepeso.
🌿 ¿Es reversible?
¡Sí! El hígado tiene una gran capacidad de regenerarse. Con una buena alimentación, pérdida de peso y ciertos cambios en tu rutina, podés revertir el hígado graso en semanas o meses, dependiendo del nivel de daño.
📌 “Con solo perder entre un 5 a 10 % del peso corporal, ya se puede ver una mejora significativa en el hígado.”
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A veces creemos que necesitamos soluciones complicadas para sanar, pero muchas veces solo hace falta una cosa: decidir cuidarte de verdad.
Si estás leyendo esto, quizás tu cuerpo ya te viene hablando. Tal vez a través del cansancio, el dolor, o esa sensación constante de que algo no está bien.
No estás solo. No estás sola.
El hígado puede sanar. Tu energía puede volver. Tu salud puede mejorar.
Y si no sabés por dónde empezar, yo estoy acá para acompañarte paso a paso.
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